En su gran misericordia el
Señor envió un preciosísimo mensaje a su pueblo por medio de los pastores
Waggoner y Jones. Este mensaje tenía que presentar en forma más destacada ante
el mundo al sublime Salvador, el sacrificio por los pecados del mundo entero.
Presentaba la justificación por la fe en el Garante; invitaba a la gente a
recibir la justicia de Cristo, que se manifiesta en la obediencia a todos los
mandamientos de Dios. Muchos habían perdido de vista a Jesús. Necesitaban
dirigir sus ojos a su divina persona, a sus méritos, a su amor inalterable por
la familia humana. Todo el poder es colocado en sus manos, y él puede dispensar
ricos dones a los hombres, impartiendo el inapreciable don de su propia justicia
al desvalido agente humano. Este es el mensaje que Dios ordenó que fuera dado al
mundo. Es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser proclamado en alta voz y
acompañado por el abundante derramamiento de su Espíritu
EGW, TM
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