Querido amigo y amiga:

No nos consta que los discípulos hiciesen esta petición a Jesús: "Enséñanos a amar". ¡Quizá orar sea más fácil! ¿Es difícil, para quien no ama, aprender a amar? Seamos sinceros: La respuesta es Sí, en ausencia de un Instructor. De hecho, imposible. Observa cualquiera de los países enfrentados por guerras civiles o tribales. Observa la situación en Oriente Medio. Esos tristes ejemplos son la demostración para todo el mundo, de aquello que es "normal" para la naturaleza humana, en ausencia de un Instructor, y ante la circunstancia propicia.

Supón que procedes de alguna familia que no hubiese sido especialmente "bendecida" por el don del amor (según Gén. 12:3 "todas las familias de la tierra" están en necesidad de esa bendición). Supón que en tu infancia y adolescencia nunca hubieses conocido lo que es ser querido y apreciado. ¡Mal principio, que por desgracia padecen muchos! ¿Podrías aprender a querer?

Ni la fuerza de la voluntad, ni los recursos psicológicos pueden ayudar en eso. De todo cuanto pide la Biblia, nada hay más difícil para el corazón natural, que amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. ¡Es muchísimo más fácil HACER cosas, o dejarlas de HACER!

La naturaleza humana es de tal cualidad, que necesitas saber que eres querido antes de ser capaz de amar a otros. ¿La razón? El amor es algo con lo que nadie nace. Sí, la mayor parte de las madres siente un "amor" natural por sus hijos, pero no estemos demasiado orgullosos por ello, ya que es algo que no nos diferencia de muchos animales en su instinto conservador de la especie. ¿Encuentras fácil amar al que te persigue sin causa, al que te ofende y desprecia? Jesús amó así, y te dice: "amad a vuestros enemigos..."

Has de RECIBIR ese amor, antes de poder DARLO. Ahí es donde la Biblia ofrece increíbles buenas nuevas, pero es necesario conocerlas para que sean eficaces: HAS SIDO EL OBJETO DEL AMOR DE TU PADRE CELESTIAL DESDE SIEMPRE, Y LO ERES HOY, LO ERES AHORA.

Puedes encontrar por doquiera ese amor en la Biblia como una fórmula literaria, pero necesitas sentirlo, necesitas tener absoluta seguridad de eso. Como ejemplo, considera los lirios del campo, cómo crecen... Jesús te dice que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si tu Padre viste así a esa planta, que hoy florece y mañana muere, ¿no hará mucho más por ti, hombre de poca fe? (Mat. 6:28-30). QUERIDO amigo y amiga, permite que las flores de la primavera hablen a tu corazón sobre el amor de tu Padre. "Considéralas".

Quizá eso baste para comenzar. Cuando tu corazón es capaz de enternecerse y "considerar" la forma en que tu Padre celestial te ama, cómo te ha adoptado convirtiéndote de huérfano en hijo; cuando comprendes que te amó tanto como a su propio Hijo, a quien entregó por ti, no te resultará difícil encontrar la ocasión y el lugar para arrodillarte y decirle: "¡Gracias!", y para volvérselo a decir. ¿Dónde queda entonces tu dificultad para amar al que no sabe lo que es el amor? ¡Desapareció! En tu corazón brilla ahora una luz procedente del Calvario, que ayudará a otros a encontrar el Camino. Puedes decir con Juan: "Y nosotros hemos (1) conocido y (2) creído el amor que Dios tiene para con nosotros" (1 Juan 4:16). Nunca olvides que Él no te olvida, y no te olvidarás de los demás.

R.J.W.-L.B.