Querido amigo y amiga:

Vayamos al ABC. Se promete vida eterna a todo el que "cree" en Jesús: "El que guarda mi palabra nunca verá muerte" (Juan 8:51). "El que oye mi palabra y CREE al que me envió tiene vida eterna" (5:24).

¿Qué significa "creer" en él? La Biblia nos advierte contra una falsificación masiva relativa al "creer", en estos últimos días (Mat. 24:23 y 24, por ejemplo):

(a) Creer de forma genuina tiene su objeto en Dios Padre, que DIO a su Hijo al mundo ("De tal manera amó Dios al mundo, que ha DADO a su Hijo unigénito..." Juan 3:16). Un DON es muchísimo más que una oferta. (b) Un don NO es un préstamo. (c) Lo anterior implica la plenitud del don, y la eternidad de su permanencia. Tal es la bondad, misericordia y grandeza del Dios al que adoramos. (d) Significa también una apreciación de su muerte por nosotros, pues la única forma en que podemos creer en él, es viéndolo "levantado", tal "como Moisés levantó la serpiente [en un mástil] en el desierto" (vers. 14 y 15). (e) Eso nos lleva necesariamente al tipo de muerte que Cristo murió: muerte de cruz (12:32 y 33). Es la muerte que lleva en sí misma la maldición por el pecado (Deut. 21:22 y 23).

Por lo tanto, (f) "Creer" en Jesús conlleva la profunda apreciación hacia Dios Padre dando a su Hijo, y hacia Cristo dándose a sí mismo, muriendo en nuestro lugar la "muerte segunda" que merecemos (Heb. 2:9; Apoc. 2:11). (g) "Creer" de esa forma transforma al creyente: es hecho una nueva criatura (2 Cor. 5:17). Se trata de un auténtico nuevo nacimiento, dado que el "yo" –la esencia del ser humano perdido- resulta crucificado con Cristo (Gál. 2:20).

Por lo tanto, de lo profundo del corazón de todo verdadero creyente en Cristo fluye un manantial de "aguas vivas" (Juan 7:37 y 38). ¡Eso es creer en Jesús! Vienes a ser un canal a través del cual el "agua de vida" fluye hacia los sedientos. Debiéramos preguntarnos: ¿Creo realmente? La Biblia contiene una oración que el Señor responde siempre para vida eterna: "Creo; ayuda mi incredulidad" (Mar. 9:24).

R.J.W.